Los efectos colaterales a largo plazo de la pasada pandemia generaron en la industria una serie de problemas de suministro de componentes y materiales, junto con unos costes de transporte disparados, que se tradujeron en una subida generalizada de los precios en casi todas las marcas, especialmente en el sector de la gama alta. La subida media (más adelante matizaré esto) ha sido de aproximadamente un 20%, tanto en productos que ya existían, como en productos nuevos que han reemplazado a modelos antiguos, y además determinadas marcas han tenido serios problemas para suministrar todo tipo de productos a comercios.Teniendo en cuenta que realmente el mercado de equipamiento para DJs es algo que aparentemente no debería tener demasiados clientes, cualquiera podría pensar que una situación así habría puesto en peligro a muchas empresas y puestos de trabajo… pero no. Las ventas no parecen resentirse, y la escasez de productos simplemente produce enormes listas de espera, que garantizan la venta de cada lote que llega a las tiendas. Además, se ha generado un mercado de segunda mano en el que productos muy solicitados en el mercado se llegan a vender por encima del precio en tienda. Esta situación tan peculiar tiene unos cuantos factores, que hoy me he entretenido en analizar un poco para vosotros. Recordad que estáis frente a un artículo de opinión, y que estos factores pueden tener unas explicaciones muy diferentes en la cabeza de cualquier otro.
No es sólo para DJs
Una de las realidades que moldean esta situación es la evolución de una vieja realidad: si los sistemas digitales democratizaron el trabajo del DJ, y lo hicieron más accesible para todos, actualmente es la popularización de esta profesión lo que hace que incluso gente que tiene el ser DJ como hobby, afición o pasatiempo, también adquiera equipamiento, pero no precisamente de gama media o baja, sino de gama alta. Al igual que hay gente que se gasta miles de euros en comprarse una buena moto y equipamiento para ir bien protegido, o gente que se va de viaje por todo el mundo y a la que le gusta probar hoteles y restaurantes, el estilo de vida de algunos DJs y la imagen que algunos medios proyectan de ellos y de algunas salas icónicas, unido a que todo el mundo alguna vez ha disfrutado del trabajo de un DJ en los últimos años, hacen que mucha gente tenga también como afición coleccionar música y mezclarla en casa simplemente para ellos, o para sus amigos. Esta afición es también algo que tiene gente de todo tipo de niveles adquisitivos, así que el equipamiento de gama alta ha dejado de ser algo que solamente compran clubes y discotecas, y actualmente hay gente que tiene en su casa cabinas en las que se puede encontrar incluso el mismo tipo de equipos.
Obviamente las empresas de equipamiento venden para todo el mundo, y el hecho de que “ser DJ” sea algo hoy en día tan popular les ha venido muy bien, ya que el dinero extra que esto supone en ventas, lo supone también para poder destinarlo a desarrollo. De todos modos, este es solamente uno de los factores, y no es precisamente de los de más peso, ya que la extrema popularización de la profesión es algo que viene dándose desde hace unos cuantos años.
La escasez ha dado curiosas lecciones de economía
Está claro que, si todo o casi todo lo necesario para fabricar un producto sube de precio, el producto final también será más caro. Como apuntaba antes, ha habido subidas de precio en materias primas, e incluso en algunos componentes cruciales, como determinados tipos de procesadores y circuitos integrados, debido a una escasez tremenda, que ha disparado precios. Es lógico que estas circunstancias suban los precios, pero es lógico también que cuando esas circunstancias van desapareciendo los precios vuelvan a ser un poco más parecidos a los del pasado… ¿o quizá no sea tan lógico para un fabricante?
En primer lugar, debemos pensar en si los precios realmente deberían bajar, y tras observar que el precio de materiales como aluminio, acero, cobre o zinc han estado bajando los dos últimos años, deducimos que efectivamente habría cierto margen para que los precios se redujeran. Pero el fabricante en realidad no tiene por qué reducir absolutamente nada porque, si tras subir los precios, la gente ha seguido comprando, ¿por qué no mantenerlos? A fin de cuentas, ahora es cuando ganan más que nunca, y cuanto más tiempo aguanten los precios actuales, más quedará normalizado en las cabezas de la gente que los precios actuales son lo habitual, pese a que estén notablemente inflados.
Un ejemplo muy claro de esto es el fabricante Allen & Heath, y como ejemplo pondré dos de sus productos: la mesa Xone:96 y el controlador Xone:K2. La mesa salió a la venta en 2018 por 1.800€ , hoy cuesta aproximadamente 2.250€-2300€, es decir, es unos 450-500 euros más cara, mientras que el controlador salió por 250€ en el año 2012, y actualmente anda por los 360€, o sea que es 110€ más caro. Resumiendo, Allen & Heath ha subido sus precios entre un 25% (en el caso del mixer) y un 44% (en el caso del controlador) y, pese a que si no me equivoco debe de ser la compañía que más ha subido los precios, la gente no deja de comprar sus productos, con lo que ¿para qué narices va a bajar los precios? Además, si bajaran los precios, realmente tendrían un conflicto son sus propios clientes, ya que cuando se compra equipamiento es frecuente pensar en que ese equipamiento algún día podría ser vendido para obtener dinero y comprar algo más actual en ese momento. Si Allen & Heath se encargara de bajar el precio de su Xone:96 pasado mañana, todos los que la han comprado recientemente iban a estar muy enfadados, ya no sólo por haber pagado más, sino porque la propia marca estaría devaluando el producto de cara al mercado de segunda mano.
Las famosas listas de espera
Otro de los fenómenos que se empieza a convertir en habitual, es el de las listas de espera. Cuando un producto tiene más demanda de la prevista, y las tiendas no pueden satisfacer a sus clientes (algo que empieza a volverse frecuente) piden por adelantado el coste del producto y se encargan de generar unas listas. Y con el orden en el que vayan recibiendo el producto, lo irán sirviendo. Esto se ha convertido en habitual con una marca muy concreta: Pioneer DJ. La empresa japonesa ha culpado de los problemas de manufactura de algunos de sus productos top a la escasez de determinados chips electrónicos. Incluso, se llegó a decir que el incendio de una fábrica de Texas Instruments era la causa, pero esos argumentos pierden mucha fuerza cuando Pioneer ha lanzado algunos productos nuevos que podrían perfectamente haber diseñado sin esos chips tan necesarios, y seguimos teniendo unas enormes listas de espera con productos como el controlador FLX-10, la mesa de mezclas A-9 o el todo en uno Opus Quad. Se han vuelto tan frecuentes estas listas de espera, que hay gente que bromea con que algunas tiendas casi parecen bancos, de la cantidad de dinero que almacenan de los clientes que han pagado por adelantado los productos.
Esta situación de tener que encargar un producto y que llegue a tardar entre 3 y 6 meses en estar en tus manos es francamente chocante hoy en día, cuando en otras clases de producto puedes comprar casi cualquier cosa por internet y tenerla, como mucho, 3 días después en tu casa. Pero tampoco es menos cierto que en la cabeza de mucha gente reviste a la marca y a sus productos de un cierto halo de “inalcanzable”, que es algo que la potencia de forma positiva de forma psicológicamente. Y es que está muy estudiado que las cosas caras y escasas al final son las más deseadas. Por otra parte, hay algo ventajoso en esto, y es que sabiendo si un producto tiene más o menos lista de espera en las tiendas (Pioneer DJ está en contacto directo con las tiendas porque es de las pocas marcas que les distribuye directamente) puede decidir si un producto lo fabrica más o menos, teniendo la seguridad de que no se le va a quedar ni una unidad en la estacada, así que ¿realmente necesita Pioneer volver a venderse de forma “normal”? Parece que están muy cómodos actualmente.
Esto no va a mejorar demasiado: la segunda mano lo demuestra
Teniendo en cuenta que, ni la mayor disponibilidad de componentes, ni su bajada de precio, son factores que vayan a mover hacia abajo el mercado, tampoco las compras de profesionales y aficionados parecen disminuir, o el hecho de que determinadas marcas sólo siguen subiendo y subiendo su popularidad, a pesar de lo difícil que es comprarlas, y que cuando salen productos nuevos son siempre más caros que el que reemplazan (y se siguen vendiendo), parece que nada va a cambiar y que todo va a seguir al alza.
Además, hay un factor que sigue demostrando que la gente está dispuesta a pagar lo que sea, y es el mercado de segunda mano. Una mirada rápida a páginas como Wallapop o eBay nos demuestra que muchísimos productos, especialmente platos Technics, reproductores Pioneer y mesas Allen & Heath pierden muy poco valor en el mercado de segunda mano. Esto es especialmente notable en Pioneer, donde en el último año se ha llegado a observar que hay productos de segunda mano de esta marca que, por su difícil disponibilidad, llegan a estar más caros de segunda mano que nuevos, y la gente los sigue pagando igualmente.
Es complicado ir llegando al final de un artículo de este tipo, donde uno esperaría dar unos consejos para comprar más barato o más rápido, pero sinceramente no hay mucho que hacer y, a fin de cuentas, el artículo lo que trata es de dar una explicación más sociológica que otra cosa a la situación actual. Además, aquí no vale el clásico argumento de “si la gente no comprara a esos precios, bajarían”, las marcas actualmente tienen muy estudiado cuánto se va a vender un producto antes de sacarlo, y saben perfectamente cómo hacer incluso que creas que necesitas tenerlo. Salvo situaciones catastróficas o errores garrafales, si algo llega al mercado es para cumplir unos mínimos de ventas, y probablemente si un producto desaparece para siempre en poco tiempo sin que te enteres, es que era de esos pocos productos que no eran lo bastante buenos como para hacer esos mínimos, y la marca lo hace desaparecer antes de que le genere mala imagen. Por último, hay algo que dejo en vuestras manos, y es pediros que opinéis en los comentarios del artículo o las redes sociales. ¿Cómo veis esta situación actual al respecto de los precios en los productos actuales? ¿Creéis que es algo en alza o que tiene vuelta atrás? ¿Qué opinión os merece el tema de las listas de espera y los mercados de segunda mano con precios disparados? No dejéis de contárnoslo.
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