Valencia, 14 de marzo de 2025
¿Sabes amigo?, aún me acuerdo del día que me llamaste para pedirme que me uniera a la asociación. Me pilló la llamada saliendo de casa y me hice un lío con la mascarilla y los auriculares, todavía no me acostumbraba a ir con aquello en la cara al tiempo que hablaba.
En realidad ya era socio y no caía en que lo que querías era que te echara un cable para organizar todo aquello. Me pilló por sorpresa y lo que empezó siendo una llamada inesperada más, me tuvo dando vueltas un buen rato en círculo por donde vivía mientras hablábamos y trataba de pensar que no era una locura unirme a todo aquello que me proponías. Qué quieres que te diga, tú jugabas con ventaja, la voz de locutor siempre resulta más convincente.
Y bueno, los primeros meses fueron durísimos, todo seguía parado y me preguntaba “cómo vamos a convencer a la gente de que se una a una asociación profesional de gente que no puede trabajar”. Luego te pones a hacer cosas y todo va saliendo de forma más natural; planteas objetivos, unos a corto plazo, otros para más adelante en el futuro, y te vas centrando en cumplirlos poco a poco, y bueno, entre eso y que la gente más o menos te considera alguien fiable por cosas que has hecho en el pasado, pues conseguíamos que se fueran sumando. Decías en aquel momento, al principio, que no eran suficientes, que tenían que estar todos, pero yo miraba aquella cifra de 1.300 socios que teníamos en aquel momento y me daba vértigo, me parecía tremendamente complejo contentarlos a todos, a gente tan diferente. Pero bueno, teníamos también a gente muy popular que con su imagen, sus aportaciones de todo tipo, su trabajo en definitiva, nos apoyaban. Nunca le estaré lo suficientemente agradecido a Cristian (que él no lo sabe, pero yo lo admiraba un montón), a Alberto, a Neil, a Mike… joder era como un dream team, y seguimos siéndolo, ahora tenemos a mucha más gente popular que nos han ayudado muchísimo a que gente de todas las categorías profesionales y de todos los gustos musicales se hayan sumado y seamos todos ahora una enorme familia. Cuando hacemos las asambleas ahora en el local nuevo es alucinante ver a toda la gente que viene, y cómo se relacionan entre ellos como si no hubiera diferencias es casi como un sueño. A veces me tengo que pellizcar para creerlo.
Cuando iba a celebrarse el aniversario del estado de alarma estábamos todos muy tensos, al tiempo que llegaba aquel triste aniversario tratábamos de mantener el ánimo alto cerrando los acuerdos que estábamos cerrando con las empresas que quisieron apoyarnos. Hubo hasta tiranteces entre nosotros, pero joder es normal, somos humanos. Era como el momento más oscuro de la noche, el más frío, ese momento viene siempre antes del amanecer, y cuando sale el sol todo eso pasa al olvido. Yo me sentía como un ejecutivo agresivo y estresado, todo el santo día llamando a este o a aquel para convencerle de que lo que teníamos entre manos era bueno para todos. Un ejecutivo de pacotilla también, porque yo por casa seguía vistiendo vaqueros y camiseta, menos mal que eso era por teléfono, para las videollamadas (vaya tela qué de moda se pusieron) ya me arreglaba un poco más. El día que anunciamos a los socios todo lo que habíamos preparado para ellos ¿te acuerdas la avalancha de comentarios en el chat? ¡Había un montón de gente que no se lo creía! Hubo que repetir alguna cosa varias veces y alguno hasta pedía que mostráramos los acuerdos firmados.
Luego empezaron a mejorar las vacunaciones, a pesar de los problemas de suministro se notó mucho cómo caían los contagios a partir de marzo de aquel 2021, y por fin las restricciones muy poco a poco se fueron levantando, la gente se fue incorporando a de nuevo a sus trabajos y la pesadilla se fue diluyendo. Pero las cosas no volvieron a ser como antes, fueron mejores. Estábamos ahí siendo los nuevos actores de la película, con aquel acuerdo con los empresarios conseguimos trabajo para mucha gente, y fue un modelo a seguir incluso para otras asociaciones de otros ámbitos. Los acuerdos de formación fueron un éxito rotundo, mucha gente los aprovechó para reciclarse y aprender cosas nuevas, y yo disfrutaba mucho viendo a gente joven accediendo a formación gracias a nosotros, ya sabes que la educación es muy importante para mi. ¿Y la de gente que llamaba a los abogados para hacerles consultas? No nos volvieron a vacilar los empresarios nunca más, aunque la verdad que con lo que les ayudamos estaban en el fondo agradecidos. ¿Y las facilidades que conseguimos para que la gente pudiera renovarse el equipo? Aquello fue ya el remate, aún hay gente hoy que nos da las gracias por el equipo que compraron hace años, una locura.
Y sabes, creo que fuimos los DJs los que vencimos a la pandemia. Está claro que no inventamos una vacuna, ni salimos a ponerla, ni mucho menos estuvimos cuidando gente en los hospitales, eso fue cosa de los héroes sanitarios (joder que monumento más emotivo les levantaron el otro día en Madrid, fue una pasada), pero nosotros fuimos el colectivo más machacado, nos apretaron el cuello hasta que la lengua nos llegó al suelo pero a pesar de todo no sólo resistimos: con la asociación salimos muy reforzados de todo aquello. Y lograr aquello en esos tiempos fue para mi hasta cierto punto como machacar al Covid con nuestras propias manos. Fue un ejercicio de resiliencia incomparable. Tiempo después logramos aquel reconocimiento del Ministerio de Cultura, yo la verdad pensaba que no llegaría, especialmente porque todo iba mejor y ya casi lo tenía olvidado, pero aquellos informes que presentamos, el apoyo popular que fuimos ganando, la vez aquella que nos invitaron al Congreso, y sobre todo aquel discurso que diste… lo diste tú pero aquello lo escribimos entre todos y según lo iba escuchando era como si me pincharan un relajante, pensaba “ya está todo hecho, lo hemos conseguido del todo, para siempre, hicimos historia, ya podemos descansar”. Ya éramos “oficialmente” artistas.
Bueno Julio, no te mareo más, tengo claro que me pongo muy sentimental en esta época del año, y me imagino que estás liado con la inauguración del nuevo estudio, te dejo que tengo que ir a rehabilitación. A ver si la semana que viene cuando acaben las fallas y vaya a Barcelona podemos comer un poco más tranquilos y vamos planeando con tiempo los eventos del próximo aniversario de la asociación, este año quiero que lo hagamos todo con más calma, que nos hace falta.
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